LEY N°1 DEL ESTADO

El hecho de que cuando dejo de lado un estacionamiento seguro, por buscar otro desocupado más cerca de mi destino y al retornar no sólo ocuparon ese sino el primero que vi…, el hecho que salga de la casa con las llaves en la mano, regrese porque se me olvidó la billetera y cuando vuelvo a salir, ¡horror!, me doy cuenta que ahora se me quedaron las llaves, y tantas otras cuestiones de ese tipo, parecen ya tener un fundamento de mayor peso que simplemente tener “mala cueva”.

Es que ya no voy a echarle la culpa a mi pobre pie izquierdo, injustamente segregado por una discriminación matutina, toda vez que en su afán de levantarse animoso a un nuevo día, toca sin mala intención el piso antes que su hermano derecho…, basta ya de maldecir al esforzado albañil porque no se fijo que su escalera ocupaba todo el ancho de la vereda y prácticamente me “obligó” a pasar bajo ella…, prometo no frustrarme más por la futura “mala relación” que tendré con mi compañero o compañera de tertulia cuando me pase el salero en la mano… y juro que cuando en pleno momento cúlmine de mi actividad sexual, cuando mi alma trasciende mi cuerpo, cuando siento que al fin estoy llegando a la luz al final del túnel, cuando siento que me voy para no volver jamás!!!, y busque la mirada cómplice de mi mujer y no vea más que un “rostro frustrado” por mi apresurada despedida, JURO no sacarle la madre a mis invitados de la noche anterior porque en el momento del brindis, NADIE fue capaz de mirarme a los ojos.

Así es, queridos hermanos de este santo lugar. Porque ya sé que no es culpa de mi maldicha suerte, no es culpa de la cinta roja que NO colocaron en mi “piluchito” cuando era sólo un bebé, y tampoco culpa de la platinada gitana que en plena Plaza Colón arrancó un pelito de mi cabellera (sin misericordia por lo poco que queda) y le echó quién sabe qué conjuro porque no accedí a su petición de verme la suerte ni ayudarla con un billete.

La LEY DE MURPHY, ya es LEY de la REPÚBLICA y quien no la cumpla arriesga pena de cárcel en su grado medio por llevar una vida que no se condice con los ejemplos que dicta el Estado de Chile.

Y es que no podemos darle otra explicación a lo que este último tiempo ha venido ocurriendo en esta “copia feliz del edén”. O ¿Acaso creen que el hecho de que el famosillo “Transantiago” no haya tenido bien definidos sus contratos, o que no llegaron a tiempo los GPS, o que hayan colocado paraderos donde no pasa ni la bici del suplementero es una acción culposa de la presidencia?. ¿O Creen, por ventura, que corresponde a una “irresponsabilidad” el implementar un plan que “cambiaría para bien” la forma de trasladarse de los santiaguinos con buses nuevos, pero que son tan grandes para muchas calles de la “metropolis” que tuvieron que enchular los antigüitos para sacarlos nuevamente a circulación?. Permítanme responderles que ¡NO!, no es siquiera, “mala pata”, sino que se trata simplemente de hacer cumplir lo que dicta esta nueva ley.

Ayer, quienes fueron alegremente a cambiar el cheque que la siempre digna Tesorería General de la República les firmó por la devolución de sus impuestos, se encontraron con que el documento bancario correspondía a una cuenta de la tesorería que HABÍA CADUCADO HACÍA UN TIEMPO. Lógicamente, miles de cheques fueron ¡¡¡protestados por “falta de fondos”!!!. Este hecho, que hasta antes de este comentario era condenado como “el colmo”, ahora podemos asegurar, y sin reparos, que se trata de que las “instituciones funcionan” al ritmo de La Ley de Murphy.

Pero esta ley no la descubrí yo, amados monaguillos, fue una indicación certera que un ciudadano realizó ayer en la calle ante la pregunta de la prensa de qué pensaba sobre el asunto de la cuenta de la tesorería, y que encendió mi mente y la echó a andar.

Queridísimos… no gasten energía en vano al preguntarse el por qué de tantas fatalidades que a menudo enturbian nuestro buen pasar por este país…; queridos miembros medio ambientalistas, permítanme aclararles que es dictamen de esta nueva ley el que hayan designado al ex presidente del “dedo indicador” para portar el sexto anillo de la “defensa planetaria” junto al Capitán Al Gore y el resto de los planetarios en busca del derrocamiento del efecto invernadero y del calentamiento global, luego de sus casi inexistentes intentos para asumir un compromiso de estado con el medio ambiente en nuestro país…; hermanos de la capital, acostúmbrense a la nueva ley la próxima vez que después de tanto tiempo sin ocurrir, se “pinche” la rueda de un vagón de Metro o se “tranque” una puerta justo cuando más lo necesitan porque en la superficie está “la grande”…; y hagamos caso con “orgullo” de esta ley de de cóndor y huemul la próxima vez que nuestros deportistas ganen un cupo a un campeonato mundial, vayan a buscar el cheque del dinero para los viajes y se den cuenta, tristemente, que la cuenta pertenece a “Chiledeportes”.

La Ley de Murphy llegó a nuestro país, y llegó “para quedarse” dicen algunos desesperados ante los últimos acontecimientos y muchos otros que han penado nuestra existencia a lo largo de nuestras vidas.

Pero me caben algunas dudas…

- ¿Hasta qué punto actúa la ley?,
- ¿Tendrá poder, esta norma constitucional sobre nuestros pensamientos positivos?,
- ¿Será que muchas de nuestras desgracias han estado ya determinadas no por el sólo gusto del maldito gringo, sino por una energía imperceptible que parte del núcleo de nuestros pensamientos negativos?,
- Si todos pensáramos de una manera ultra positivista, ¿podríamos derrocar la dictadura del Murphy sobre nuestros quehaceres?,
- Si el futbolista exitoso y venerado que quiso con esa positiva influencia popular darle crédito a un plan de transporte del gobierno hubiese pensado en positivo… ¿sería suyo el próximo mandato presidencial con triunfo del 100% de los votos válidamente emitidos, esto es, excluyendo nulos y blancos?,
- Al momento de ir con suma urgencia y enceguecidamente al baño de una casa ajena, y al término del ritual solemne de la preparación de churros nos damos cuenta que no hay papel higiénico… si reuniéramos todas nuestras fuerzas positivas, ¿aparecería un rollo nuevo de favorita ultra en nuestras manos?,
- ¿Nuestras energías positivas son lo suficientemente fuertes como para hacer aparecer agua cuando en un baño público nos quedamos con el jabón líquido en nuestras manos porque no hay agua en ese minuto?,
- Y esta pregunta para los hombres. ¿Nuestro pensamiento positivo, reduciría el suministro sanguíneo a nuestro aparato reproductor para retornarlo a su posición fláccida inicial cuando estamos en aprietos con nuestra media naranja en la orilla de una playa atestada de gente en pleno verano?.

Créanme que tengo muchas dudas más, sobre esta disputa entre “La Ley y el pensamiento positivo”, y perdonen que me despida, pero en este momento no me siento muy bien y lo más probable es que si continúo escribiendo sin hacer caso a los síntomas de alerta de mi cuerpo, ELECDA corte la luz y pierda todo lo que he escrito en esta hora frente al computador.

Paz con ustedes,
Trapense.