martes, 22 de mayo de 2007

"NO, GRACIAS, A MÍ NO ME SIRVA POLÍTICA"


Hablar de política nunca resulta fácil, sobretodo para la juventud. Sin duda, más de alguna vez hemos conversado con jóvenes (y personas mayores) que muestran una particular apatía con las noticias del congreso, de las políticas de gobierno y de los logros y derrotas de la Concertación y la Alianza (aunque este último tiempo nos han inyectado el "Transantiago" hasta en la glándula tiroides). Bueno, pues me pregunté a mí mismo (... ya, está bien: "mismo") a qué puede deberse esta posición, completamente legitima por lo demás (para los defensores a ultranza de esta disciplina). Entonces me di cuenta (recordando algunas conversaciones) que los jóvenes chilenos postulan tres grandes justificaciones para no hacerlo. Y así me atreví a dividirlas en tres grupos bien determinados de "Causas":

1.- La causa "Anarco-joven Taquillera"


cuyo principio es "No... yo no hablo de política porque me carga la política porque todos los políticos son corruptos y nunca cumplen lo que prometen...". Quienes comparten este lema, se caracterizan por defender su postura ante la mínima consulta de por qué no se han inscrito en el registro electoral (para los mayores de 18) o cuando se les pregunta cuál es su opinión sobre el nuevo peinado de la presidenta (para los teenagers..."No, no hablo de política, bla, bla, bla...).


2.- La causa "Golpe de Estado" o "Pronunciación Militar" (para ser imparcial)


quienes, un poco más avezados en el tema, toman la causa por la parte histórica: "... y es que formamos parte de una 'generación perdida' que creció en el régimen militar donde se prohibía hablar de eso". Ellos, a diferencia de los anteriores, tienen una postura un poco más clara, aunque prefieren obviar una conversación política.


3.- La Causa "Buenos Modales"



Esta última causa se fundamenta en la esmerada educación familiar que recibimos cuando, en el afán por formarnos como personas de bien y sobretodo de buenos modales, más de alguna vez nos dijeron: "Mire mijito, cuando usted se siente en una mesa a conversar, hay dos temas de los que nunca puede hablar: La Religión y La Política" (para que toda reunión fluya en un clima de paz). Ellos, contrariamente de lo que se pueda pensar, son bastante entretenidos... en todo carrete lo pasan bien, comentan, "echan la talla", pero su entretención termina y ya miran el reloj para irse cuando a alguien se le ocurre responder "Gladys Marín" cuando hablan del valor de la coherencia..., o sencillamente cuando en medio de un partido de "la roja", a un compadre medio "arriba de la pelota" se le ocurre terminar un ¡¡¡"Viva Chile"!!! con ¡¡¡"y Pinoché"!!!.



Cualquiera sea nuestra "bandera de lucha" al momento de decir "no no no, ¿sabe qué?, yo no hablo de política", el tiempo y los protagonistas de esta verdadera "arena" parecen darles la razón. "Dimes y diretes" que han volado de un lado a otro como botellas en "pelea de flaites" han mostrado la "mala cara de la política" que sus protagonistas (ahora más parecidos a "protagonistas de la fama") se empecinan en mostrar. Ver a senadores, diputados, presidentes de partidos, como "a lo Ballero" se roban las cámaras para decir cuanta pelotudéz se les ocurre, dista mucho de la "altura de mira" con que ellos mismos quieren que los jóvenes de Chile vean la política (quizás por eso la emigración de Ballero al extranjero)


Pareciera ser que la farándula le hizo un "golpe de estado" a la política y comenzó a repartir roles entre sus integrantes... si hasta una señora que protestó en medio del discurso quiso imitar a la Chechi Bolocco, sacándose su blusita y alegando "brasier y rollitos al aire".


Las palabras de "la jefa" (como la destaca el diario popular), pareciera que calmaron un poco "las pasiones" tanto en la Concerta como en la Alianza, pero pongo "mi millonaria" a que no va a durar más de un día hasta que vualvan a salir al "ring" los pesos pesados de siempre.


Jóvenes del monasterio: La política es "un mal necesario" y lamentablemente para ustedes, en el 90% de las conversaciones va a estar presente (por poner alguna cifra). Como lo dijo nuestro gran maestro filosófico "Felo", "todo es un acto político", escribir esto es un acto político, que se den "la lata" de leerlo es un acto político también; que yo en este minuto esté escribiendo pelotudeces, en vez de estar estudiando en mi celda corresponde a otro acto político, y así sucesivamente.


Por ahora, a la luz de los últimos acontecimientos, me tinca que irían ganando los autodenominados "apolíticos".


Yo, me considero un tipo que siempre escuchó charlas políticas en la buena mesa de su hogar y que se desarrolló con un espíritu de "deber ciudadano", sin embargo, por ahora me sentaré en la terraza de este lugar de meditación a mirar el paisaje que se presente carnet electoral en mano... a ver si a la próxima elección en el voto cambio mi "vote por mí" por alguno de los personajes impresos... eso sí, siempre que no me encuentre a más de 200 Km de distancia de mi lugar de votación.


Paz y Felicidad!,
Trapense.

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